Actualmente vivir en España es un sitio estable y mínimamente decente para poder trabajar y desarrollarte. Sin embargo, ni estaría entre el top 10 de los mejores países para estar, ni lo estará en un futuro próximo.
Aquí entran muchas cosas en escena, y todas ellas parecen indicar que no será el sitio más floreciente para estar de aquí a los próximos 20 años, pero las cosas tampoco son definitivas y siempre se pueden cambiar y mejorar.
¿Cuál es la situación en España a 2018? España se presenta como un país situado estratégicamente en el mapa. Es la entrada a Europa por África y la entrada desde América por el atlántico, esto hace que su posición sea estratégica y pueda desempeñar un papel clave. Por otro lado, la historia de España y la relación con américa latina hacen que pueda haber un flujo de comercio y personas entre ambos lados del Atlántico. Todo esto podría hacernos pensar que podría ser una super potencia a nivel comercial, pero esto no es así, si que hai comercio pero la ubicación geográfica no parece ser que esté explotada del todo.
Una vez sabemos las bazas que puede jugar España, además del turismo que pueda recibir por su historia y por su clima (mayormente europeos jubilados o europeos con ganas de sol y playa), tendríamos que describir un poco el contexto actual.
La demografía española
Aquí reside el punto diferencial de todo, y que con el sistema actual, se condiciona la evolución española. España, al igual que todo Europa (a excepción de países como Francia, Irlanda) está comenzando a sufrir la falta de mano de obra, y la población en edad de trabajar se reduce. Esto podría no ser el problema, pero es que el modelo actual consiste en que los trabajadores actuales pagan la pensión de los jubilados españoles. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando se jubilen los baby boomers españoles sus pensiones las tendrán que pagar quienes trabajen en el país. Las previsiones, son del todo menos esperanzadoras. El sistema, no se sostiene por si solo, y aquí solo se ven varias soluciones, o se hace una transición hacia otro modelo, o se cruje a impuestos a todo el pueblo. Y ya sabemos los políticos, que harán, cargarán de más impuestos a las empresas, gente más pudiente, ahorradores y la clase media, que la sufrirá más. Ya sabemos que a un rico le pones un par de impuestos y lo que hace es irse a otro país para no pagar nada, lo mismo pasa con las empresas.
La sociedad española
Aquí, a diferencia de otros países europeos, la cultura no es la de trabajar e igual que el sur de Europa se respira un ambiente más relajado. Esto no tendría porque ser malo, todo lo contrario, y puede que de hecho sea lo que nos hace vivir más. Pero el problema reside que esto se aplica a todo lo demás, y gran parte de la población del país cree que puede exigir unas determinadas cosas sin haber luchado antes por ellas. El problema es que si no hay una educación en la que se inculque el verdadero coste de las cosas, lo que es el trabajo, estaremos creando personas con solo derecho a exigir y no a aportar a la sociedad.
El desafío catalán
Parece que las cosas aún no han vuelto a su cauce, y parece que la cosa no tiene una solución fácil para ambos lados del tablero. Esto es muy triste, porque a nadie le beneficia, mientras otros países compiten por ser más eficientes, más productivos, pero tranquilos, porque aquí nos vamos de bares!. Tirando recursos por la borda, tirando el tiempo de miles personas por la borda en vez de centrarnos en ser más productivos y mejorar. Las cosas aún se pueden torcer más o solucionarse, pero lo que es innegable es que existe una fractura de la población en dos bandos, ambos, perdedores.
Estas para mí son las mayores amenazas, que afectan al desarrollo de España como país para esta en la vanguardia mundial.